ARISTÓTELES (Siglo IV a.C.), padre de la LÓGICA. |
Antes de que descarguéis los apuntes,
os invito a que escuchéis el discurso
que pudo motivar el asesinato
del Presidente John Fitzgerald Kennedy,
el 27 de abril de 1961 .
En él cita a Solón, uno de los siete sabios de Grecia,
cuyos ARGUMENTOS convencieron,
no sólo al senado de Atenas
sino también a este Presidente americano,
de que airear los trapos sucios
es el primer paso para resolver los problemas.
(En este caso, JFK sacó a la luz la existencia
de sociedades secretas con un poder inimaginable...)
Por cierto..., en los subtítulos del vídeo aparece una falta
de ortografía "considerable". ¿Sabes cuál?
Y, ya que estamos preguntando..., ¿cómo
se llama el argumento que utiliza el Presidente JFK?
1. LA
ARGUMENTACIÓN.
Consiste en defender una idea u opinión alegando una serie de razones que la apoyan.
El propósito
de la argumentación es convencer a alguien de la validez de una idea o persuadirlo para que
adopte un determinado comportamiento.
La argumentación será eficaz en la medida en que el destinatario adopte el
punto de vista defendido o bien modifique su comportamiento en el sentido
deseado. Para ello el emisor deberá tener en cuenta las características del
destinatario.
2. FORMULAR LA
TESIS.
A la hora de redactar
la tesis, conviene seguir estas pautas:
a)
Procurar que la
tesis se identifique fácilmente. En
un proceso de argumentación es fundamental que el receptor pueda reconocer
inmediatamente la idea u opinión que se defiende. Hay que tener sumo cuidado para no confundir la tesis con un hecho, pues se debe partir de una opinión y no de algo que se puede demostrar sin discusión.
b)
Expresar la tesis
en forma oracional . La tesis es una
idea y, por lo tanto, se ha de representar lingüísticamente en forma de oración. No debe confundirse la tesis con el
tema (que se designa por medio de un sintagma).
Ej.: Tema:
La eutanasia.
Posible
tesis 1: La eutanasia supone el
quebrantamiento del juramento hipocrático de los médicos.
Posible
tesis 2: La eutanasia debe aplicarse
a petición del paciente, pues él es dueño y responsable de su propia vida.
c) Exponer la tesis
de la forma más concisa posible. Y
separarla del resto de la argumentación por un punto y aparte.
3.
TIPOS DE ARGUMENTACIONES.
Cuando la argumentación es positiva se
denomina prueba. En este caso presenta argumentos que respaldan nuestra postura
ante el tema.
Cuando es negativa, se conoce como refutación y en ella se aportan
argumentos que sirven para rechazar las opiniones contrarias a nuestra postura.
Una tercera posibilidad es dar nuestra opinión matizada, expresando los argumentos que
consideramos a favor y también los que puedan estar en contra del tema que nos
ocupe.
4.
ESTRUCTURA DE LA ARGUMENTACIÓN.
Los textos de carácter
argumentativo suelen disponer su contenido según un orden más o menos fijo, en
el que se pueden distinguir tres
apartados (cada uno en un párrafo) : la tesis, el cuerpo argumentativo y la
conclusión.
a)
La tesis:
es la idea que se va a defender. Se enuncia, por lo general, al comienzo
del texto. La idea que constituye la tesis debe ser potencialmente conflictiva,
de modo que sea preciso defenderla.
b)
El cuerpo
argumentativo: son las razones que se arguyen para apoyar la tesis. Entre
los argumentos y la tesis debe haber una relación de implicación, de manera que
la aceptación de los argumentos lleve inmediatamente a asumir la tesis.
c)
La
conclusión: es la parte final de la argumentación. En ella se recuerda la
tesis y se resumen los argumentos.
De todos modos, la organización interna puede
presentar las siguientes formas:
a)
Analítica: la
tesis aparece al principio y, a continuación se desarrolla.
b)
Sintética:
la tesis se halla al final del escrito a modo de síntesis. o conclusión.
(Hay muchas más, pero estas dos son las más frecuentes en los textos
ensayísticos).
5. LOS RECURSOS
DE LA ARGUMENTACIÓN.
Suelen emplearse con
frecuencia algunos recursos peculiares:
a) Los
conectores de carácter causal para defender la tesis (dado que,
pues, porque, puesto que…), y consecutivos, para introducir la conclusión (por tanto,
por consiguiente, así pues, de ahí que…)
b) Las fórmulas
para implicar al receptor, que a
veces se manifiestan en el uso de verbos en primera persona del plural (Todos sabemos que, Algunos se preguntarán…).
6.
PREMISAS Y ARGUMENTOS.
A) LA FUERZA DE LOS ARGUMENTOS.
·
No todos tienen
el mismo poder de convicción. La fuerza persuasiva de un argumento depende de
su consistencia interna y del grado de aceptación de la premisa en
que se apoya.
Un argumento es consistente cuando está
bien construido y sirve para defender la tesis. Ej.: “Fumar es perjudicial para la salud porque el tabaco origina
muchas enfermedades.
No
sería consistente, por el contrario, el siguiente argumento: “Fumar es perjudicial para la salud porque
mi primo sufrió un accidente cuando iba fumando”.
· Los valores o creencias en que se basa un argumento
pueden presentar distinto alcance: hay valores
universales como los recogidos en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos; valores propios de un grupo o
de una comunidad, y valores
individuales, es decir, convicciones propias de una persona.
Si queremos denunciar la miseria en la que
viven muchas personas en el Tercer Mundo, tendrá más fuerza un argumento basado
en el derecho de todos los seres humanos a una existencia digna que un
argumento personal como éste: “A mí me da
mucha pena que esa pobre gente viva así”.
B) LAS FALACIAS O SOFISMAS.
Son falsos argumentos, incorrectos, pero con la apariencia de ser correctos (no olvidemos que su objetivo es la persuasión). No son váidos porque las razones dadas para sostenerlos no se relacionan de forma adecuada, aunque lo pueda parecer.
Son falsos argumentos, incorrectos, pero con la apariencia de ser correctos (no olvidemos que su objetivo es la persuasión). No son váidos porque las razones dadas para sostenerlos no se relacionan de forma adecuada, aunque lo pueda parecer.
Habitualmente se apoyan en estructuras
lógicas pero no siguen sus mecanismos con rigor.
En el siguiente ejemplo puede verse el
esquema de un silogismo (dos premisas de las que se desprende una conclusión),
pero no funciona porque falla el
significado de lo que se está diciendo, así que no tiene validez
(aunque hemos de reconocer que resulta gracioso).
Ej.: "Si nada es mejor que la felicidad eterna
y un tomate es mejor que nada,
entonces un tomate es mejor que la felicidad eterna".
y un tomate es mejor que nada,
entonces un tomate es mejor que la felicidad eterna".
7.
CLASES DE ARGUMENTOS
A) TÓPICOS
Los argumentos se apoyan en unos valores, creencias o premisas que se suponen aceptados por la mayor parte de la sociedad. Tales premisas reciben el nombre de tópicos.
Los argumentos se apoyan en unos valores, creencias o premisas que se suponen aceptados por la mayor parte de la sociedad. Tales premisas reciben el nombre de tópicos.
Los más frecuentes son:
·
Argumento de la mayoría. Se basa en el tópico de la cantidad: “lo mayor o más
numeroso es preferible a lo menor o menos numeroso”. Ej.: “La película debe ser muy buena porque ha tenido más de dos
millones de espectadores.”
·
Argumento de utilidad. Se
asienta sobre el tópico de lo útil: “lo útil es preferible a lo que no lo es”. Ej.: “Ayudar a los pueblos de África nos
beneficiará a todos.”
·
Argumento ético. Se
sustenta en el tópico de la moralidad: “lo moral es preferible a lo inmoral. Ej.: Señores miembros y responsables de
Europa, es a su solidaridad y a su bondad a las que apelamos por el socorro de
África.”
·
Argumento hedonista. Se
basa en el tópico del placer: “lo placentero es preferible a lo desagradable”. Ej.: “Playa Palmeras: el paraíso en la
Tierra.”
B) ARGUMENTOS RACIONALES.
Cuando el
emisor pretende convencer al destinatario apelando a su capacidad de
raciocinio, hablamos de un tipo de argumentación llamado argumento racional.
Hay tres clases:
·
Argumentación lógica. Se fundamenta especialmente en las relaciones de causa-efecto. El
argumento lógico por excelencia es el llamado silogismo, que es un razonamiento basado en la relación entre unas premisas y una conclusión, de modo que
la aceptación de las premisas conduce
necesariamente a la aceptación de la conclusión. Su creador fue el filósofo y científico griego Aristóteles.
Ej.:
“Si para colaborar con esa ONG hace falta saber árabe (premisa
A) y tú no sabes árabe (premisa B), entonces no esperes que te
admitan” (conclusión).
A) y tú no sabes árabe (premisa B), entonces no esperes que te
admitan” (conclusión).
·
Argumentación por el ejemplo. Consiste en aducir
un caso como prueba de la validez de la tesis. También es muy común el uso de estadísticas para corroborar lo
que se En el discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias se presenta
a mujeres de Asturias como un ejemplo de la defensa de los valores
fundamentales.
·
Argumentación por analogía. Establece una relación entre aquello que se pretende
demostrar y una realidad distinta pero semejante. Se establece una comparación
entre ambas. También puede utilizarse una metáfora.
Ej.:
Si la mujer quiere preservar su libertad, debe ejercitarla. La
libertad sin uso es como un arma abandonada: se oxida.”
libertad sin uso es como un arma abandonada: se oxida.”
C) ARGUMENTACIÓN EMOCIONAL.
Es
utilizada por el emisor que quiere convencer al receptor apelando a sus
sentimientos. Los procedimientos más utilizados son:
·
Emplear amenazas o halagos. Ej.: “Le sugiero que resuelva inmediatamente
ese problema. A menos, claro está, que no le interese conservar su puesto de
trabajo.”
·
Buscar la compasión del destinatario. Ej.: “¿No me
vas a dar el dinero sabiendo que lo necesito?.”
·
Utilizar un argumento de autoridad. Ej.: “Como dijo Hobbes: “el hombre es un
lobo para el hombre”.”
D) LA CONTRAARGUMENTACIÓN.
Puede haber personas que no compartan la opinión que
intentamos defender. Para rebatir su la argumentación que podrían utilizar en
contra de nuestra tesis, se puede usar la
contraargumentación. Suele ser
demoledora.
Para formularla es necesario:
1º.
Escribir la idea que podría refutar
nuestra tesis. Nos adelantamos a aquellos que sabemos no van a estar de
acuerdo con lo que estamos diciendo. Podemos introducirla mediante expresiones del tipo: “Habrá alguien que
opine que…” , “Algunos pensarán que…”, Siempre puede haber alguien que crea
que…”, “A los que piensan que…”, etc.
2º. A continuación,, introducir un conector del tipo: “sin embargo”, “a pesar de ello”,
“en cambio”, “pero”. También se podría comenzar la contraargumentación con un
conector como “aunque”…
3º. A través de ese conector
introducimos el nuevo argumento que va a servir para rebatir la idea que
sabemos por anticipado que puede oponerse a nuestra tesis.
Ante
una tesis en la que, por ejemplo, se defiende que la teoría del Big Bang es válida
en la actualidad, podríamos anticipar la posible objeción de aquellos que no
opinan lo mismo para destruirla con un nuevo argumento.
Ej.:
“Algunos argumentarán que como la teoría del Big Bang deja algunas
grandes preguntas sin respuesta, debe
ser sustituida por una teoría totalmente nueva (ésta es la objeción que puede hacerse a la tesis). Sin embargo,
eso tendría tan poco sentido como rechazar la teoría de la evolución de Darwin
porque no puede explicar el origen de la vida (éste es el nuevo argumento que se ha creado para rebatir a los que no
estén de acuerdo).”
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